Quien Eres ?

De La Nada al Todo

«El TODO es Mente; el universo es mental.»

Este principio encierra la verdad de que «todo es mente». Explica que el TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de «universo material», «fenómenos de la vida», «materia», «energía», etc., y en una palabra, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quien en sí mismo es incognoscible eindefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente. 

Explica también que todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. 
Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, explica fácilmente los varios fenómenos mentales y psíquicos que tanto han preocupado la atención del público, y que sin tal explicación no son comprensibles y desafían toda hipótesis científica. 

La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo. El estudiante de la Filosofía Hermética puede emplear conscientemente las grandes leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas del templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo, libre e inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de la energía, de la fuerza y de la materia, y el cómo y el porqué todas estas están subordinadas al dominio de la mente. 

Uno de los antiguos Maestros escribió largo tiempo ha: «El que comprenda la verdad de que el universo es mental, está muy avanzado en el sendero de la maestría». Y estas palabras son tan verdad hoy en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra la maestría es imposible, y el estudiante que no la posea, en vano llamará a la puerta del Templo.


Un Saludo para mi amigo Gabriel..











Los Cuatro Acuerdos Toltecas

Recuerdalo

Lo que ves y escuchas ahora mismo no es más que un sueño. En este mismo momento estás soñando.
Sueñas con el cerebro despierto.

Soñar es la función principal de la mente, y la mente sueña veinticuatro horas al día. Sueña cuando el cerebro está despierto y también cuando está dormido. La diferencia estriba en que, cuando el cerebro está despierto, hay un marco material que nos hace percibir las cosas de una forma lineal. Cuando dormimos no tenemos ese marco, y el sueño tiende a cambiar constantemente.

Los seres humanos soñamos todo el tiempo. Antes de que naciésemos, aquellos que nos precedieron crearon un enorme sueño externo que llamaremos el sueño de la sociedad o el sueño del planeta. El sueño del planeta es el sueño colectivo hecho de miles de millones de sueños más pequeños, de sueños personales que, unidos, crean un sueño de una familia, un sueño de una comunidad, un sueño de una ciudad, un sueño de un país, y finalmente, un sueño de toda la humanidad. El sueño del planeta incluye todas las reglas de la sociedad, sus creencias, sus leyes, sus religiones, sus diferentes culturas y maneras de ser, sus gobiernos, sus escuelas, sus acontecimientos sociales y sus celebraciones.

Nacemos con la capacidad de aprender a soñar, y los seres humanos que nos preceden nos enseñan a soñar de la forma en que lo hace la sociedad. El sueño externo tiene tantas reglas que, cuando nace un niño, captamos su atención para introducir estas reglas en su mente. El sueño externo utiliza a mamá y papá, la escuela y la religión para enseñarnos a soñar.

La atención es la capacidad que tenemos de discernir y centrarnos en aquello que queremos percibir.
Percibimos millones de cosas simultáneamente, pero utilizamos nuestra atención para retener en el primer plano de nuestra mente lo que nos interesa. Los adultos que nos rodeaban captaron nuestra atención y, por medio de la repetición, introdujeron información en nuestra mente. Así es como aprendimos todo lo que sabemos. Seguir Leyendo

Audio Libro Los Cuatro Acuerdos






Deja de Ser Tú

La Mente Crea la Realidad






Tu yo cuántico

En el pasado los físicos dividieron el mundo en materia y pensamiento y más tarde, en materia y energía. Cada uno de estos pares se consideraba totalmente distinto el uno del otro, ¡pero no lo son! 

Esta dualidad mente/ materia conformó nuestra visión del mundo según la cual la realidad estaba básicamente predeterminada y podíamos hacer muy poco para cambiar las cosas con nuestras acciones y menos aún con nuestros pensamientos.

Pero hoy día consideramos que formamos parte de un inmenso campo invisible de energía que contiene todas las realidades posibles y que responde a nuestros pensamientos y sentimientos. Al igual que los científicos están estudiando la relación entre pensamiento y materia, nosotros estamos deseosos de hacer lo mismo en nuestra vida. Por eso nos preguntamos: ¿Puedo crear con mi mente mi propia realidad? De ser así, ¿es una habilidad que puedo aprender y usar para convertirme en quien quiero ser y crear la vida que quiero vivir?  Seguir Leyendo

Desarrolle su Cerebro

La Ciencia para Cambiar la Mente






Lo invito a producir un pensamiento, uno solo, cualquiera. Ya sea que su pensamiento se relacione con un sentimiento de enojo, trizteza, inspiración, dicha o, incluso, deseo saxual, usted ha cambiado su cuerpo. Usted se cambió a sí mismo. Todos los pensamientos, sin importar si dicen "No puedo" ,   "Puedo","no soy suficientemente bueno" o "Te amo", tiene efectos mensurables similares. Mientras está sentado muy cómodo leyendo esta página, sin mover ni un dedo, tenga presente que su cuerpo está experimentando una gran cantidad de cambios dinámicos.  Seguir Leyendo.


Tu Cerebro Inmortal

Tu Cerebro Inmortal por Joe Dispenza.

Estudié bioquímica en la Universidad Resquerd, luego obtuve mi título en la Universidad Life, cerca de Lamta, Georgia.



 En los últimos siete años me ha interesado mucho el estudio de la remisión espontánea de enfermedades, en otras palabras, casos de personas diagnosticadas de afecciones como cáncer, diabetes, o raros trastornos genéticos para los cuales la medicina no tenía cura.

Estudié a gente con trastornos cardiovasculares, como taquicardia o arritmia, hipertensión; a gente que tenía elevados niveles de colesterol, enfisema, problemas endocrinos, como trastornos tiroideos, y me interesaba saber si existían factores en común entre estas personas.

Y descubrí que todas las personas que experimentaban una remisión espontánea, tenían cuatro cosas en común:     Seguir Leyendo.








Activa tu Mente

Sacar la mente del cuerpo


«El origen de la auténtica energía de la creación pasa por superar lo conocido y lo rutinario y por encontrar una motivación. Pensar más allá de lo que sentimos supone un gran esfuerzo para cualquiera. Si no podemos crear un estado mental que supere lo que sentimos, jamás llegaremos a entrar en contacto con nada desconocido o imprevisible. La mente reside en el cuerpo cuando vivimos en base a los sentimientos. Sacar la mente del cuerpo y colocarla en el lugar que le corresponde (en el cerebro) es un auténtico acto de voluntad. Cuando por fin conseguimos dejar de pensar con el cuerpo y comenzamos a pensar con la mente, comenzamos a vivir una aventura con nuevas e ilimitadas experiencias.»

«Uno de los factores que afectan nuestra capacidad para imaginar y crear un ideal de nosotros mismos es nuestra visión limitada del orden y de la naturaleza del universo. Da igual que seamos escépticos o creyentes. Lo que debemos comprender es que el universo nos ofrece muchas más posibilidades de las que nos han enseñado y condicionado a aceptar.»

«Debemos recordarnos que somos mucho más que la suma de nuestros procesos biológicos.

Somos esa esencia inmaterial y autoconsciente que anima el cuerpo físico. Al mismo tiempo, estamos unidos a una conciencia mayor que le da vida y forma a toda materia. Ambos niveles de conciencia son inseparables y se encuentran en nuestro interior; de hecho, son esas conciencias las que definen quiénes somos. La energía que sustenta el universo y todos sus componentes juntos puede verse afectada por nuestras interacciones conscientes con la vida, ya que estamos formados por esa misma energía. Por lo tanto, no podemos cambiar lo que pensamos, lo que hacemos y lo que somos sin alterar esa red infinita de energía. Cuando cambiamos de verdad, el campo de posibilidades de nuestra vida personal cambia también. El resultado de tales esfuerzos nos brinda nuevas y diferentes circunstancias en la vida, a la altura de la persona en la que nos hemos convertido.»